Aprovechando los grandes avances técnicos del clarinete a principios de siglo, autores y editores realizan diversas adaptaciones para el instrumento, lo cual era práctica habitual de aquella época. La gran escuela clarinetistica cuenta con una gran tradición marcada desde Antonio Romero, pasando por Menéndez y Yuste hasta los grandes compositores españoles del siglo XX.
Aprovechando los grandes avances técnicos del clarinete a principios de siglo, autores y editores realizan diversas adaptaciones para el instrumento, lo cual era práctica habitual de aquella época. Así, los Sonetos de Toldrá, originalmente compuestos para violín, son una muestra de adaptación, en este caso para clarinete, el cual sin complejo alguno extrae de ellas su más pura esencia. En la primera parte del concierto prima un aire absolutamente romántico que alcanza momentos verdaderamente sublimes, una primera parte fresca, romántica y mediterránea, que cuenta entre sus autores con los catalanes Eduard Toldrá y Jesús Ruera, fundamentalmente por la admiración mutua que sentían entre ellos.
La segunda parte del concierto más rupturista con lenguajes y formulas más contemporáneas pero fácilmente asequibles al oído. Si bien Joan Guinjoan aprecia un lenguaje atonal, su fuerza expresiva se transmite perfecta a través de la interpretación de la misma. Xavier Montsalvage realiza una paráfrasis de sí mismo con una obra fresca y muy rítmica, y cuyo tema principal, utilizará posteriormente para la composición de su obra sinfónica "Partita 1958" . Monstsalvatge, da paso a un alumno suyo, Salvador Brotons, con quien finaliza el concierto. La sonata de Brotons , es una obra inspirada por aires jazzisticos fortalecidos a través de la estancia del compositor en los Estados Unidos, una obra preciosa y colorista que sin duda hará que los oyentes se deleiten con sus armonías y ritmos.
Duración aproximada 60 minutos